“La
Experiencia no se improvisa”, así reza un refrán popular.
La
experiencia es producto de los años, de las vivencias, de la veteranía.
Para un trabajo, para una actividad, se
requiere experiencia, pericia, así también para accionar las RRPP.
La contemplación y un poco de tiempo la
originan.
Por estos días, estoy participando en la
Comisión Electoral de un organismo industrial, del cual somos socios, para la elección del nuevo
presidente. La responsabilidad que tenemos es importante, es un reto.
Se formó un grupo heterogéneo, variado en experiencia,
unos más que otros, pero ello le da riqueza a la comisión.
Hemos realizado dos reuniones de trabajo, y al
interactuar, me pregunto: ¿para qué me sirve la experiencia hoy?, definida por
wikipedia como “una forma de conocimiento o habilidad derivados de la observación,
de la participación y de la vivencia de un evento o proveniente
de las cosas que suceden en la vida”.
Esa descripción, es lo que define,
al mayor del grupo, esa habilidad que tiene, derivada del análisis de 30 años
dentro de la actividad industrial-empresarial.
Este trabajo que
realizo dentro de la comisión, lo he vinculado con las RRPP:
1.- Una persona con considerable conocimiento en un área determinada,
puede ganar reputación como un experto.
2.- La experiencia,
no se puede inventar.
3.- La experiencia
se refleja.
4.- La experiencia,
una oportunidad real de generar nuevos clientes en RRPP.
5.- La experiencia
nos genera una “visión integral” del mercado de nuestros clientes.
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